El ensayo es un género con mucha variedad tanto en los temas expuestos como en el tono o estilo. De este modo, hay ensayos científicos o filosóficos, entre otros, y diversidad en el estilo (literario o expositivo, por ejemplo).
A pesar de esta variedad, los ensayos, con independencia de su tema y estilo, suelen seguir en su elaboración una serie de pasos comunes que van desde el planteamiento de la idea inicial hasta su conclusión.
Presentamos cinco pasos útiles a la hora de hacer un ensayo.
1. Planificación
La planificación consiste en identificar el tema, propósito, enfoque y estilo del ensayo. Al ser este el punto de partida y sobre el que se construirá el ensayo, condicionará toda la labor posterior.
Para ayudarte en la tarea de planificación, puedes plantarte preguntas como ¿sobre qué voy a hablar?, ¿qué quiero decir?, o ¿cómo voy a decirlo? Las respuestas que encuentres a estas preguntas serán una ayuda valiosa en esta primera fase.
2. Investigación
De cuanta más información se disponga, más recursos y posibilidades se tendrán en la elaboración de un ensayo. Es importante que las fuentes consultadas sean fiables y contrastadas para evitar incluir datos falsos que puedan desvirtuar el ensayo.
La información fiable la puedes encontrar en bibliotecas públicas o de universidades o publicaciones online. Es importante que la fuente que consultes esté firmada por un especialista en la materia y se identifique debidamente al autor.
Por último, dado que el ensayo es un género muy amplio y que permite diferentes temáticas, te será de gran ayuda consultar aquellos que sean similares al del tema elegido. Si, por ejemplo, el tema es la Importancia del arte en las cortes renacentistas, serán fuentes valiosas los ensayos sobre las relaciones entre arte y poder.
3. Organización
En la organización, es importante hacer un esquema con la estructura y los puntos esenciales. Como el esquema sirve de guía, hay que tener en cuenta que un ensayo suele estructurarse en tres partes:
- Introducción: donde se anuncia y presenta el tema del ensayo.
- Desarrollo: donde se expone, argumenta, contraargumenta y reflexiona sobre el tema.
- Conclusión: donde se resume lo tratado y se refuerzan las ideas.
Los esquemas permiten organizar las ideas de una manera eficiente y visual: son una estructura a la que hay que darle forma. Para hacer un buen esquema, puedes elaborar mapas conceptuales en donde anotes las ideas, tanto principales como secundarias. Recuerda que las ideas deben aparecer de manera jerarquizada.
4. Redacción de un borrador
El borrador es un escrito provisional que desarrolla los puntos y partes organizadas en el esquema. Dicho de otro modo: le damos cuerpo al esquema para que empiece a tomar forma. En el borrador se desarrolla el tema, se definen el estilo y el tono y se enlazan unas ideas con otras.
En este proceso de redacción, lo escrito se modifica continuamente y se van añadiendo y eliminando partes hasta aproximarnos a la versión definitiva. Por eso, no dudes en poner y quitar partes cuando lo creas conveniente, ya que la fase de borrador es extremadamente moldeable y permite todas las rectificaciones que necesites.
5. Revisión y corrección
Para llegar a la versión definitiva del ensayo, es necesario revisar y corregir lo que se ha escrito. Un borrador puede contener errores de diferente naturaleza (de ortografía, redacción o de citas) que deben ser corregidos si se desea que el ensayo se considere serio.
Algunas de las partes donde más errores se cometen son:
- De ortografía. Aunque existan buenos procesadores de texto, algunos de los errores no se detectan con facilidad.
- De ortotipografía. Recuerda que los extranjerismos y títulos de obras se escriben en cursiva y las citas textuales entre comillas.
- De sintaxis. Al cambiar el orden natural de los elementos, se puede caer en riesgo de ambigüedad.
- De referencias a otros autores. Cuando cites a otro autor, si indicas su nombre, debes poner el año de publicación de la obra entre paréntesis: Brown y Levison (1978).
Además de la corrección de errores, mediante la revisión se puede verificar si el texto es coherente, si el tema está expuesto con claridad y si su lectura resulta amena. Es decir: con la revisión se identifican errores y aspectos poco claros que deben ser corregidos y mejorados.
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