Lo correcto es espurio. La forma espúreo es una ultracorrección y, por lo tanto, una falta ortográfica que debemos evitar al hablar y escribir.
La ultracorrección o hipercorrección es un fenómeno lingüístico en el cual incurrimos al modificar, de manera deliberada, una palabra que está correctamente formada, pues tenemos la impresión de que hay una incorrección en ella que no es tal.
Es el caso de la palabra espurio, en que, para evitar la tendencia coloquial que tenemos en la lengua española de convertir el hiato -eo- en el diptongo -io-, tal como ocurre con palabras como petróleo (petrolio), peor (pior) o aéreo (aerio), corregimos innecesariamente la expresión diciendo y escribiendo espúreo.
Tal es la confusión con esta palabra, que no solo es usada de esta manera por personas cultas, sino que ha sido así empleada a lo largo de los años por escritores consagrados de la lengua, como César Vallejo, Leopoldo Lugones, José Martí, Benito Pérez Galdós o Pío Baroja.
Pese a todo esto, lo correcto será siempre escribir y pronunciar espurio, que proviene del latín spurius, y que funciona como adjetivo para indicar que algo o alguien es falso, fingido o ilegítimo, o que una persona es bastarda.
Por ejemplo:
- Semejantes declaraciones por parte de presidente invitan a un uso espurio de las instituciones del Estado.
- Bajo el espurio pretexto de derrocar a una supuesta dictadura, han aprobado la invasión de un Estado soberano.
- En medio de todo aquel asunto, lo que había era un negocio espurio.