La etimología de la palabra química es difícil de establecer, pues es objeto de polémicas y especulaciones de todo tipo. La teoría más aceptada indica que la palabra habría pasado al español a través del latín quimia, que la habría tomado del árabe kīmiyā[']. A su vez, esta voz habría pasado al árabe del término griego χυμεία (chymeía), que significaría ‘mezcla de líquidos’.
Otra teoría sobre el origen de la palabra química apunta al Antiguo Egipto y a los inicios de la ciencia de la química en otra disciplina conocida como alquimia. Los alquimistas egipcios habrían sido los primeros en experimentar con el cambio y la trasmutación de la materia, aunque desde una concepción mística.
Así, pues, existe también la teoría de que la palabra química provendría de la voz keme o khemia, que significaría ‘tierra’, y que se referiría a la tierra fértil de las adyacencias del río Nilo.
Lo cierto, en todo caso, es que la alquimia, disciplina considerada hoy en día pseudocientífica o mágica, habría sido la que diera origen a la ciencia de la química, que se encarga del estudio de la estructura, composición y propiedades de los cuerpos, así como las transformaciones que estos experimentan.