Hato puede referirse a un paquete con ropa de recambio, a una provisión de víveres, a un grupo de personas o cosas, a un rebaño de ganado, a cierto sitio elegido por los pastores para dejar pacer al ganado, o a una hacienda donde se cría ganado.
Ato, en cambio, es el verbo atar en su forma de primera persona de presente; significa sujetar algo con nudos, impedir el movimiento, relacionar cosas entre sí, o no saber cómo resolver un asunto.
Hato y ato son palabras homófonas, pues se pronuncian exactamente igual debido a que la h en posición inicial de sílaba no tiene valor fonético.
Cuándo usar hato
Hato es un sustantivo masculino; puede referirse a distintas cosas: a un paquete con ropa de repuesto y otras cosas de uso personal; a la provisión de víveres de los jornaleros, mineros o pastores; a un grupo de personas o cosas; a una porción de ganado; al sitio donde se instalan los pastores temporalmente con el ganado, o a la hacienda de campo destinada a la cría de ganado.
Por ejemplo:
- El jornalero salió de casa con su hato en la mochila.
- Juan Andrés andaba siempre con un hato de rufianes.
- El pastor descansaba en el hato antes de reemprender la marcha.
- Recorrieron sesenta kilómetros hasta llegar al hato.
Cuándo usar ato
Ato es el verbo atar conjugado en primera persona de singular de presente en modo indicativo; puede usarse con el sentido de juntar o sujetar una cosa con nudos o ligaduras, de impedir el movimiento o la libertad de acción, o de juntar o relacionar entre sí dos o más cosas. Como pronominal, por su parte, atarse significa no saber cómo resolver un asunto o problema.
Por ejemplo:
- Cuéntamelo mientras me ato las trenzas de los zapatos.
- Con esa cláusula ato a mis empleados a cumplir su contrato.
- No ato los cabos de esta historia.
- Cuando las cosas se ponen difíciles, me ato y no sé qué hacer.