La palabra bullying proviene del inglés, y en español podemos traducirla como ‘acoso escolar’, ‘intimidación’ u ‘hostigamiento’.
Este vocablo deriva de la voz anglosajona bully, que puede funcionar como verbo, con el significado de ‘intimidar’, o como sustantivo, con el sentido de ‘matón’, ‘bravucón’, ‘pendenciero’ o ‘peleón’.
Por su parte, el Diccionario Oxford señala que el origen etimológico de la palabra bully remite a la voz holandesa boele, que vendría a significar ‘amante’.
Boele era originalmente un término afectuoso para dirigirse a otra persona, que luego derivó en una forma de trato familiar entre amigos hombres. Su uso con el sentido actual empieza a registrarse, apenas, a partir de finales del siglo XVII.
Hoy en día, el término bullying es un concepto asociado a la hostilidad entre compañeros en el ámbito escolar. Consiste en el acoso, hostigamiento o intimidación a nivel físico, verbal o psicológico entre niños y jóvenes en la escuela.
Como se trata de un anglicismo no adaptado a la ortografía de la lengua castellana, debe escribirse en cursivas o, en su defecto, entre comillas.