La palabra física proviene de la palabra latina physĭca, que a su vez procede de la voz griega φυσικά (physiká), que es la forma femenina del vocablo griego φυσικός (physikós), que significa ‘relativo a la naturaleza’.
Así, pues, la física vendría a ser, etimológicamente hablando, el estudio de todo lo relacionado con la naturaleza. De hecho, antiguamente la física también era conocida como “filosofía natural”, y los naturalistas eran considerados, así mismo, como físicos.
En este sentido, la física tenía un objeto de estudio muy amplio: se encargaba de observar, entender y explicar la naturaleza y todos los fenómenos que tenían lugar en ella.
Posteriormente, sin embargo, la física se modernizó y redefinió su campo de estudio, enfocándose más bien en la observación, estudio y explicación de las propiedades de la materia y la energía, así como de las relaciones que entre ellas se establecen.