Los neologismos son las palabras o acepciones nuevas en el vocabulario de un idioma.
Provenientes de las distintas áreas de la actividad humana, las nuevas voces se incorporan definitivamente al vocabulario por el uso generalizado entre los hablantes.
Ejemplos de neologismos usados en el habla cotidiana son escanear, agendar, bloguero o empoderado.
Tipos de neologismos
Por su formación, los neologismos pueden agruparse en cuatro grandes categorías:
- neologismos de forma,
- neologismos sintácticos,
- neologismos semánticos y
- préstamos.
Esta clasificación no es rígida: algunas expresiones pueden haberse formado mediante la combinación de procedimientos, por lo que podrían aparecer en más de una categoría.
Neologismos de forma
Los neologismos de forma se han creado mediante:
- derivación (prefijos, sufijos y circunfijos),
- composición,
- lexicalización,
- sintagmación,
- abreviación,
- siglación y
- acronimia.
Todos estos son procedimientos regulares para la formación de palabras.
Por prefijación
Muchos neologismos se forman mediante un prefijo añadido a una palabra base. Algunos prefijos utilizados son: anti-, auto-, bio-, co-. infra-, micro-, macro-, multi-, neo-, necro-, post-, pluri-, re-, supra-, trans- y ultra-.
Por ejemplo:
- biodiverso
- retuitear
- transgénero
Por sufijación
Un gran número de neologismos se forma añadiendo sufijos a una palabra ya existente en la lengua. Los sufijos más frecuentes son los verbales (-ar, -ear), los nominales (-dad, -ismo, -ato, -ción, -ancia, -aje, -miento) y los adjetivales (-ista, -ero y -era, -al, -ico e -ica).
Por ejemplo:
- viralizar
- vitrinear
- barista
Por circunfijación
También se forman neologismos por el agregado simultáneo de un prefijo y un sufijo, procedimiento que se conoce como circunfijación.
Por ejemplo:
- emplatar
- impatriar
Por composición
Se producen muchos neologismos al combinar dos o más palabras. En la denominada composición culta suelen intervenir voces procedentes del latín y del griego.
Por ejemplo:
- amigovio (de amigo y novio)
- aporofobia (del griego áporos: pobre, y fobia: miedo)
Por lexicalización
Ciertos neologismos son formas ya existentes en un determinado conjunto gramatical, como los participios o los diminutivos, entre otros. Estas formas adquieren en el uso otro referente y pasan a ser palabras independientes. Los más comunes son los participios y los diminutivos.
Por ejemplo:
- indignados (movimiento político)
- numerito (acción extravagante o escandalosa)
Por sintagmación
Algunos neologismos están constituidos por varias palabras que han adquirido, como unidad, un nuevo significado.
Por ejemplo:
- teléfono inteligente (teléfono con conexión a internet y múltiples aplicaciones)
- motor de búsqueda (sistema informático para buscar archivos en internet)
Por siglación
Estos neologismos se forman a partir de siglas que toman características de una palabra. Así, se han transformado unas cuantas siglas en sustantivos comunes. Como tales se escriben en minúscula y admiten un determinante.
Por ejemplo:
- oenegé u ONG (Organizaciones No Gubernamentales)
- pyme (Pequeña y mediana empresa)
Por acronimia
Los neologismos por acronimia se forman al combinar segmentos de dos o más palabras para formar una nueva unidad. Algunos combinan voces extranjeras.
Por ejemplo:
- bazuraleza (basura y naturaleza)
- glocal (global y local)
- expociencia (exposición y ciencias)
Por abreviación
Los neologismos por abreviación acortan palabras o sintagmas tanto del español como de otras lenguas.
Cabe señalar que palabra así formada acepta plurales, determinantes y cumple las funciones sintácticas que le corresponde según su tipo.
Por ejemplo
- cole (colegio)
- finde (fin de semana)
- promo (promoción)
Neologismos sintácticos
Menos frecuentes que los de forma, los neologismos sintácticos modifican características gramaticales de una palabra existente.
Entre otras alteraciones, algunos introducen cambian o introducen un género o cambian el tipo de verbo.
Por ejemplo:
- azafato (género masculino)
- cancillera (género femenino)
- catapultarse (uso pronominal al verbo)
Neologismos semánticos
Los neologismos semánticos se producen por modificaciones que pueden consistir en agregar una acepción o sentido a una palabra o en convertir un nombre propio en un común o genérico.
Por ejemplo:
- viral, como contenido que se difunde velozmente en redes sociales.
- molecular, como tipo de cocina que incorpora procedimientos científicos a la preparación.
- barbie o barbi, como sinónimo de mujer bonita.
Préstamos
Se conocen como préstamos las palabras provenientes de otras lenguas que se incorporan al vocabulario de la lengua propia.
Aunque suelen incluirse entre los neologismos, el préstamo léxico es un fenómeno independiente y son muchas las palabras del español cuyo origen se encuentra en otros idiomas.
Muchas voces extranjeras conservan su forma original.
Por ejemplo:
- coaching
- networking
- sommelier
- vintage.
Otras voces se adaptan y llegan a admitir derivaciones (afijos) o composiciones con otras palabras.
Por ejemplo:
- emoticono
- estalkear
- milenial
¿Por qué surgen los neologismos?
Un neologismo surge cuando se requiere, para mayor efectividad en la comunicación, una nueva forma de expresión.
La necesidad puede aparecer en cualquier campo: la ciencia, la tecnología, la medicina, la ingeniería, el deporte, la moda, el mercadeo, la publicidad, la política, las humanidades, el arte, la gastronomía, la ecología, etc..
Por su carácter, algunas innovaciones quedan restringidas a un contexto especializado. Es lo que ocurre con los términos especializados o tecnicismos.
Por distintos motivos, algunos neologismos solo tienen vigencia por un breve tiempo: el referente desaparece o se sustituye rápidamente, la palabra no cala entre los hablantes, etc.
Pero una gran cantidad de palabras o acepciones tienen acogida entre los hablantes y son empleadas cada vez más en discursos orales y escritos.
Los medios de comunicación y, hoy en día, las redes sociales contribuyen a la propagación de los neologismos que pasan así, en el uso, a formar parte de la lengua.
Una vez incorporada al vocabulario, la palabra puede sufrir cambios o alteraciones o persistir en el tiempo. En este caso, ya ha dejado de ser un neologismo.
Con el tiempo, una expresión también puede caer en desuso hasta convertirse en un arcaísmo.
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