Seda puede referirse a un tipo de hilo o tejido muy delicado y leve, o puede ser el verbo sedar, que significa apaciguar o calmar, conjugado en sus formas personales. Ceda, por su parte, puede referirse al pelo grueso de algunos animales o puede ser el verbo ceder conjugado, que se refiere a dar o traspasar algo a alguien, entre otras cosas.
Seda y ceda, como tal, son palabras homófonas para la mayor parte del mundo hispanohablante, para el cual no existe diferencia fonética alguna entre la s y la c cuando aparece antes de la e y la i, mientras que en España, donde sí la hay, son consideradas palabras parónimas.
Vea también Sede o Cede.
Cuándo usar seda
Seda es un sustantivo femenino; se puede referir a varias cosas: cierto líquido segregado por algunos artrópodos que, al solidificarse, se convierte en hilos finos y flexibles; a este mismo hilo, así como a los tejidos que se confeccionan a partir de la seda. Asimismo, se llama seda a la cerda de algunos animales. La palabra, en efecto, proviene del latín saeta, que significa ‘cerda’.
Por ejemplo:
- Me gusta como te ciñe ese vestido de seda.
- Era comerciante de gusanos que producían seda.
Seda también puede ser el verbo sedar conjugado en segunda (usted) y tercera (él, ella) persona de singular de presente en modo indicativo, así como la segunda persona de imperativo. Significa calmar o apaciguar a alguien o algo. Proviene del latín sedāre.
Por ejemplo:
- El veterinario seda a los animales para operarlos.
- Seda a ese caballo antes de que enloquezca de dolor.
Cuándo usar ceda
Ceda es un sustantivo femenino; se emplea para referirse a una cerda, es decir, el pelo grueso de algunos animales, como los caballos. La palabra, como tal, también proviene del latín saeta, que traduce ‘cerda’.
Por ejemplo:
- Raquel peinaba la ceda de su caballo mientras conversaba con su padre.
- Es difícil intentar sujetar a un jabalí de su ceda.
Ceda también puede ser el verbo ceder conjugado en primera (yo), segunda (usted) y tercera (él, ella) persona de singular de presente del subjuntivo, así como la segunda persona de imperativo. Significa dar, transferir o traspasar a alguien una cosa, perder algo (espacio, tiempo) en beneficio de un rival, rendirse o someterse ante la voluntad de otro, mitigarse o disminuir una cosa (el viento, la lluvia, la fiebre), o romperse o soltarse algo ante una gran presión o fuerza. La palabra proviene del latín cedĕre.
Por ejemplo:
- Aunque ceda la lluvia, el suelo estará mojado.
- Cuando ceda la cuerda, habrá que reemplazarla por una nueva.
- Ceda a mis peticiones y verá cómo todos acabaremos contentos.
Vea también Ceder o Seder.