El sustantivo o nombre es la clase de palabra que utilizamos para designar entidades físicas (casa, perro, mar) y abstractas (cansancio, felicidad, simpatía).
Dependiendo de la naturaleza y propiedades de la realidad designada (colectividad, si son animados, si se pueden contar, etc.), podemos establecer diez tipos diferentes.
Veamos cuáles son y en qué consiste cada uno de ellos.
Propios y comunes
Los nombres propios son los que se utilizan para diferenciar la realidad designada de las demás de su clase o especie. Por ejemplo, el nombre propio Atlántico sirve para diferenciar este océano de los demás. La primera letra de los nombres propios se escribe en mayúscula.
Más ejemplos: María, América, Quito, Amazonas, Italia, Marte, Juan, Universidad Nacional, Beatles, México, Argelia, París, Luna, Orinoco, Alaska...
- Juana es la tía de Damián.
- Viajó a China el mes pasado y visitó Pekín.
- El Arauca pasa por Colombia y Venezuela.
Los nombres comunes hacen referencia a entidades generales, en donde no destacamos ningún elemento. Estos nombres se escriben en minúscula.
Más ejemplos: casa, gato, computadora, botella, árbol, mar, continente, colegio, carro, ventana, cuadro, museo, pez, manzana, bebida...
- Cambió las cortinas del salón.
- Tiene una moto muy rápida y bonita.
- Las alpacas son animales muy graciosos.
Contables e incontables
Los sustantivos contables son los que podemos contar o numerar, como dos casas, seis personas o cuatro sillas.
Más ejemplos: personas, montañas, animales, celulares, ratones, vasos, hojas, libros, puerta, río, nubes, sábana, jirafa, bebé, motor...
- Hay dos perros en el parque.
- María tiene más de cien libros en su casa.
- Se ha comprado dos pares de zapatos.
Los sustantivos incontables no se pueden contar, pero sí medir, como un litro de agua, un kilo de arroz o mucha arena.
Más ejemplos: cariño, leche, cansancio, combustible, gas, sal, entusiasmo, hambre, felicidad, vino, tequila, grava, cemento, aire, viento...
- Demostró mucho amor por los animales.
- En la botella hay casi un litro de ron.
- Hubo muy poca lluvia en esa región.
Concretos y abstractos
Usamos los sustantivos concretos para realidades que se pueden tocar, como piedra, agua o animal.
Más ejemplos: mesa, jabón, espejo, árbol, papel, computadora, cuadro, zapatos, arena, gato, leche, filete, lámpara, gasolina, avión, juguete, collar, colonia...
- El cuaderno está sobre la mesa.
- Dejó sus patines al lado de la cómoda.
- Acariciaba a su perro mientras le ponía comida.
Los sustantivos abstractos los usamos para cosas que no se pueden tocar, como favor, voluntad o hambre.
Más ejemplos: fuerza, debilidad, autonomía, orgullo, ganas, intención, recelo, envidia, sabiduría, pereza, inteligencia, prosperidad...
- El cansancio venció al ciclista.
- En sus ojos se notaba la tristeza.
- Guarda sus recuerdos con mucho celo.
Individuales y colectivos
Los sustantivos individuales hacen referencia a personas o cosas de manera individual, como manzana o lobo.
Más ejemplos: oveja, cabra, arroz, plato, cerdo, perro, álamo, roble, manzano, naranjo, pino, soldado...
- El músico ejecutó magistralmente la pieza.
- Puso en el lavavajillas la cuchara, el cuchillo y el tenedor.
- Rompió sin querer el cristal de la ventana.
Los colectivos se refieren a un grupo formado por elementos de la misma especie o clase, como robledal (conjunto de robles), piara (conjunto de cerdos) o profesorado (conjunto de profesores).
Más ejemplos: rebaño, piara, jauría, clero, alumnado, humanidad, vajilla, ejército, equipo...
- La orquesta ejecutó magistralmente la pieza.
- Puso en el lavavajillas la cubertería.
- Rompió sin querer la cristalería del ventanal.
Animados e inanimados
Los nombres animados los usamos para referirnos a seres vivos. Por lo general, los seres vivos tenemos sexo masculino o femenino, de modo que los distinguimos mediante la terminación (gato/gata, actor/actriz) o por otra palabra diferente (hombre/mujer, caballo/yegua).
Respecto al género, debemos puntualizar que:
- Hay sustantivos comunes en cuanto al género. Los distinguimos mediante el artículo y el adjetivo (el artista/la artista, La dentista está cansada/El dentista está cansado). Son comunes atleta, futbolista, portavoz, oculista, trapecista, maquinista...
- Los sustantivos epicenos utilizan un mismo género para los dos sexos. Es decir, la distinción entre masculino y femenino se hace, si es posible, añadiendo "macho o hembra" o similares: La araña macho/la araña hembra, La víctima es un hombre/La víctima es una mujer. Son epicenos jirafa, persona, gorila, bebé, pantera...
Más ejemplos de sustantivos animados: pájaro, pianista, niña, hormiga, cóndor, león, buitre, tiburón, policía, mosquito, médico, piloto...
- La directora de la empresa mejoró las condiciones salariales.
- Las abejas buscaban las flores.
- El gallo despertó a los granjeros.
Los nombres inanimados los usamos para nombrar entidades no vivas, como piedra o puerta.
Más ejemplos: coche, espejo, lápiz, botella, camisa, camino, cuadro, libro, bombilla, grifo, alfombra, cobija...
- Se puso unos zapatos blancos.
- Se encontró unas llaves en el suelo.
- Mañana vamos al aeropuerto.
Vea también: